viernes, 3 de abril de 2009

.¿Por qué el té no es cosa de niños?.



Les quita el apetito e impide la absorción de hierro, que es la causa principal de la anemia.

Más allá de la inagotable oferta de golosinas, postres apetitosos y una riquísima variedad de comida chatarra, los niños -debido a que su organismo está en pleno crecimiento- necesitan alimentos que son indispensables.

De acuerdo a los expertos, estos ingredientes esenciales son: minerales, vitaminas y, al menos, tres vasos diarios de 200 ml de leche. Según esta norma, cualquier sucedáneo podría quitarles el apetito y, con ello, impedirles recibir los nutrientes que realmente necesitan. Y no sólo eso: ciertas bebidas, entre ellas el té, impiden la correcta absorción de hierro y zinc.

"El consumo de té no es recomendable, a menos que sea esporádico”

Sin valor nutritivo

El té puro es tan irritante y dañino para la mucosa gástrica como el café. Por lo tanto, su consumo, junto con el de otras bebidas azucaradas, no es aconsejable en niños pequeños, sobre todo en los menores de dos años.

Debido a su escasa capacidad gástrica, beber líquidos que no aportan nutrientes podría desplazar la ingesta de alimentos vitales como la leche, gran proveedora de calcio y proteínas.

"Muchos padres suelen reemplazarla por té durante el desayuno, para evitar los berrinches del niño cuando se le obliga a tomar su vaso de leche, lo cual es muy dañino", explica Eliana Reyes, magíster en nutrición.

Además de carecer de valor nutritivo, el té contiene un estimulante –llamado teofilina- que podría sobreestimular a los niños, causándoles hiperactividad y/o insomnio. Asimismo, sus taninos -sustancias estructurales de los vegetales- acomplejan o captan los minerales, malogrando la absorción de zinc y hierro, elementos esenciales en la alimentación de los pequeños.

El hierro se metaboliza mejor si proviene de las carnes animales o la leche materna. Por lo tanto, el consumo de té durante o después de las comidas es aún más dañino. "Si el niño toma té antes de comer, por ejemplo, lo nutritivo en vitaminas y minerales que ingirió se pierde. Esto también afecta a los adultos, con la diferencia de que el pequeño necesita mucho más esos aportes.

Fuente: Hospital Garrahan